viernes, 1 de agosto de 2014

DESPEDIDAS

El día 14 de julio, despegaba a las 10.30 mi avión desde el aeropuerto del Prat (Barcelona) destino al aeropuerto J.F.Kennedy de Nueva York. 
La verdad es que hasta el día antes (domingo 13) no fui consciente de lo que iba hacer al día siguiente. Hasta el momento había estado súper contenta y emocionada con mi año en Estados Unidos, e incluso pensé... "coño, que bien lo llevas". Me había despedido de la mayoría de mis amigos y no había soltado ni una sola lagrima. Oía a mi madre que suspiraba, en plan... "ésta se larga enserio" y a mi me daba la risa.  

Efectivamente no lo lleve tan bien cuando el domingo día 13 vino toda mi familia a comer a casa para despedirse de mi. Pasé un día genial en compañía de las personas que más quiero, pero el drama llegó cuando empezaron a marcharse. Todos me abrazaban, me deseaban suerte, me decían que me querían y que era súper valiente por querer vivir una experiencia así. No hace falta decir, que por poco no inundo Gerona a llantos. YO, QUE NO IBA A LLORAR!!! YO, QUE LO LLEVABA TAAAAAAN BIEN!!! 
Lo peor de todo fue despedirme (a parte de mis abuelos, evidentemente) despedirme de mi prima Coral. Tiene once años y es la única prima que tengo, todo lo demás son chicos. Estamos y hemos estado siempre, desde que nació, muy unidas, tan hundas que la considero como una hermana en vez de como una prima. Con su dinero había comprado un collar en forma de corazón. Eran dos partes, una parte la llevaría ella y la otra la llevaría yo. Es precioso. En cada parte se puede leer la frase "Juntas para siempre". Pues ya veis, acabó llorando hasta el apuntador. 

Esa noche no dormí mucho. Nada, más bien diría yo. Estaba muy nerviosa, pero tampoco sabía por qué. Es decir, si lo sabía, obviamente, pero no creía que en realidad pudiera estar tan nerviosa.
Nos despertamos a las 5 de la mañana y salimos hacia Barcelona. Me llevaron mis padres y mi hermano, y la verdad es que ese ratito en el aeropuerto con ellos me pasó demasiado rápido, aunque repito, que estaba muy nerviosa. Antes de pasar el control para dirigirme hacia la puerta de embarque, me despedí de mis padres. Y otro drama. Sentí una pena horrible al despedirme sobretodo de mis padres (porque mi hermano (9) estaba tan fresco), y esa pena me acompaño durante los dos primeros días en Nueva York. 

El vuelo duró 9 horas. Excesivamente largo, excesivamente pesado, excesivamente incomodo y agobiante. La suerte es que tuve dos compañeros fenomenales. Una chica de 24 años que se iba a trabajar a República Dominicana y un hombre dominicano que vivía en Barcelona y que iba a visitar a su familia.
Aunque durante el vuelo, me pasé la mayor parte del tiempo hablando con ellos, también pude ver alguna película.

Os adjunto una foto de la pantalla de la cual disponía yo, y en la que se puede observar el recorrido que hace el avión y el que habíamos hecho hasta el momento.

Hasta la próxima!!!


1 comentario:

  1. Ufh! que cosita me acaba de entrar a mi al leer la entrada Tania... Creo que ya voy teniendo esa sensación de nerviosismo... ay madre! jajajajaja
    Pero bueno, esa sensación se pasará pronto... espero! jajajaja Venga q en 28 días ya estoy por VA para hacerte compañía y salir a conocer EEUU!!!
    QUE GANITAS QUE TENGOOO!!! JAJAJAJAJA
    Besos guapa!!!

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